La artrosis es una enfermedad degenerativa de las
articulaciones que afecta principalmente al cartílago.
La sufre un número elevado de la población y sólo en
el Reino Unido la padecen 8 millones de personas.
Se suele dar en mayores de 40 años, siendo las
mujeres en la menopausia las más afectadas y aunque no es una enfermedad
hereditaria si que hay una predisposición genética a padecerla.
La obesidad, el exceso de ejercicio o la ausencia de
éste, contribuirían a su desarrollo.
Los síntomas más importantes son:
- Dolor en la articulación, casi siempre presente en la mayoría de los afectados, especialmente en reposo y que mejora con el movimiento.
- Ruidos o chasquidos en las articulaciones.
- Inflamación.
- Impotencia funcional.
Las articulaciones más afectadas serían:
- Columna, cervical, dorsal y lumbar.
- Rodilla.
- Cadera.
- Etc.
La Radiografía y la Resonancia Magnética nos darían
el diagnóstico definitivo y las medidas de prevención serían:
Control del peso para
no sobrecargar la articulación.
Calzado adecuado
evitando los tacones altos.
Ejercicio moderado
como andar una hora todos los días a paso rápido y en terreno llano, natación, bicicleta
estática para fortalecer los músculos, etc.
Tratamiento farmacológico:
Analgésicos y antiinflamatorios solo usados en
momentos puntuales, por sus efectos secundarios sobre el riñón, estómago y aparato
cardiovascular.
Los fármacos tipo condroitín sulfato y glucosamina, actuarían disminuyendo el dolor y mejorando
la función articular frenando así la degeneración de ésta. Estos son los más
aconsejables porque pueden utilizarse por largos periodos de tiempo con apenas
efectos secundarios, aunque siempre bajo supervisión médica.
Los esteroides intraarticulares pueden ser usados en
los procesos agudos y ayudarían a reducir la inflamación y el dolor.
El ácido hialurónico unido a las células madre y a los factores de crecimiento de las plaquetas obtenidos de la propia
sangre del paciente, sería la técnica regenerativa del cartílago que más esperanzas
están dando.
El recambio quirúrgico de la articulación sería la última
opción utilizando prótesis parciales o totales.
Por último destacar la prueba de ADN en saliva
desarrollada en España que nos indicaría la predisposición genética a sufrir artrosis
de rodilla con muchos años de antelación, pudiendo de esta manera prevenir su
aparición.
Dra. J. Hurtado Martínez
Directora Médica de HealthSalus
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