Wednesday, 6 July 2016

Helicobacter Pylori. La bacteria que daña el estómago.

En 1982 dos científicos australianos, Marshall y Robin recibieron el Premio Nobel de Medicina por uno de los grandes descubrimientos de la historia de  ésta: El que la causa principal de la mayoría de las úlceras de estómago y gastritis era una bacteria llamada, Helicobacter Pylori.

Esta bacteria que se aloja en las paredes del estómago y que se encuentra aproximadamente en el 50% de la población mundial adulta, llega hasta el 90% en algunos países de África, Asia y Latinoamérica y entre el 30% y 40% en Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. Los niveles encontrados son bajos en países como Suecia, Holanda y Dinamarca y se transmite a través de aguas contaminadas, manos, saliva, etc.

Los síntomas son los de la úlcera de estómago y duodenal presentándose como  un dolor típico en la boca del estómago, que aparece dos o tres horas después de las comidas, que despierta por la noche y que se calma con la ingesta de alimentos o antiácidos. Otro síntoma importante seria la dispepsia gástrica o sensación de plenitud después de las comidas, ardores o reflujo, náuseas, vómitos, etc. También se puede presentar sin síntomas y sus consecuencias más graves serían el cáncer y el linfoma gástrico.

El diagnóstico se realiza a través de pruebas como: la de la urea o prueba del aliento, la endoscopia gástrica con toma de muestra de las úlceras del estómago o duodeno, analítica de sangre, etc. Pero sin duda, lo que ha revolucionado el diagnóstico, por ser rápido y barato, ha sido la detección del antígeno de la bacteria a través de una muestra de heces.

El tratamiento se realiza con antibióticos e inhibidores de la bomba de protones como el Omeprazol, Pantoprazol y aproximadamente durante tres semanas. Se realizarán también revisiones periódicas una vez que se ha tratado, hasta comprobar que la bacteria ha desaparecido.

La Organización Mundial de Gastroenterología, recomienda que se realicen pruebas de detección de la bacteria a los jóvenes de poblaciones en donde haya más incidencia de cáncer gástrico, tanto familiar como demográficamente  hablando, previniendo así el desarrollo del cáncer gástrico en ellos.

Lavarse minuciosamente las manos con agua y jabón mínimo durante un minuto, beber agua potable o en su defecto agua hervida cuando no haya seguridad de que el agua no esté contaminada, y lavar bien los alimentos como vegetales y frutas, serian las precauciones más importantes a seguir para prevenir el contagio de la bacteria.

Dra. J. Hurtado Martínez
Directora Médica de HealthSalus

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